En este post hablamos sobre el correcto cuidado de los pies para prevenir y tratar callos, ampollas, durezas y grietas de los talones de forma rápida y eficaz.
El cuidado de los pies
Es conveniente no olvidarse de los pies en invierno. Intenta hidratarlos al menos 2-3 veces por semana.
1.-Prevención y tratamiento de ampollas
Las ampollas aparecen cuando las capas más superficiales de la piel, debido al roce y la presión, se separan del resto de la piel y se se llenan de líquido.
Debes utilizar un calzado adecuado, de tu talla, para evitar los roces. Debe ser específico para la actividad que vas a practicar. Y debe estar fabricado de material transpirable.
Estira bien los calcetines para evitar pliegues. Es importante que no te queden grandes y preferentemente deben ser de algodón
Si eres propenso a las ampollas debes esmerarte en el cuidado de los pies. Cuándo estrenes calzado, compra en la farmacia un stick anti-fricción a base de aceite que se aplica directamente sobre la piel para reducir la fricción y el roce.
Si vas a hacer una caminata o eres deportista, exfóliate los pies una o dos veces por semana e hidrátalos cada noche con una crema de urea.
En el siguiente vídeo de nuestros compañeros de Pharma 2.0, se explica cómo prevenir y curar las ampollas de los pies.
Si ya es demasiado tarde y ha aparecido una ampolla prueba con los apósitos de hidrocoloide Compeed. Te protegen, disminuyen del dolor y cicatrizan antes la herida.
Estos apósitos caen por sí solos, no debes retirarlos nunca antes de tiempo, ya que podrías arrancar la piel de la ampolla y la herida abierta se puede infectar con facilidad.
Trucos sobre ampollas para los peregrinos y deportistas
Si tienes ampollas en los pies y debes seguir caminando puedes «reventarla» o vaciar el líquido que contiene con ayuda de una aguja estéril. Después debes desinfectarla con un poco de Betadine o Clorhexidina y taparla con un apósito de hidrocoloide.
2. Eliminar las durezas y los callos
Si tienes durezas puedes deshacerte de ellas utilizando primero una lima o piedra pómez y después una crema específica para durezas.
Estas cremas ayudan a reblandecer la piel endurecida porque contienen ácido salicílico o urea.
Otro problema habitual con el cuidado de los pies y más doloroso que las durezas son los callos. En la farmacia encontrarás apósitos o cremas callicidas (también con ácido salicílico), que pueden ayudarte a eliminar los callos.
Si sueles tener callos es importante que visites al podólogo para que te ayude a mantenerlos bajo control. En el siguiente vídeo de nuestros compañeros de pharma 2.0 se explica el procedimiento para eliminar los callos.
3. Cómo reparar talones agrietados
La piel de la zona del talón, sobre todo en verano, se reseca y se acaba agrietando. A veces se llegan a formar grietas que pueden causar dolor e infectarse.
Es muy importante hidratar a diario los pies y utilizar una crema específica para talones, que contiene una alta concentración de urea, muy hidratante y que ayuda a eliminar la piel muerta. Es conveniente exfoliar los pies de forma regular con un exfoliante corporal.
En este caso es también fundamental la exfoliación de los pies de forma regular. En el siguiente vídeo de pharma 2.0 se explica cómo se deben tratar las grietas de los talones.
4. Cómo prevenir uñas encarnadas
Las uñas de los pies se deben cortar con tijeras especiales para pies en forma recta-cuadrada. No se deben cortar en exceso ni dejarlas crecer demasiado.
Si ya es tarde o tienes mucha tendencia a que se encarnen tus uñas te recomendamos un tratamiento específico para uñas encarnadas.
5. Prevenir hongos y “pie de atleta”
Si notas que alguna uña tiene un tono blanquecino, no es transparente sino opaca y tiene un aspecto más grueso puede que tengas hongos en las uñas. Pregunta a tu farmacéutico sobre qué tratamiento antifúngico te va mejor.
Con el buen tiempo las infecciones por hongos entre los dedos de los pies, también conocidas como pie de atleta, suelen ir en aumento.
Si notas que la piel de entre los dedos de los pies está enrojecida, te pica, se descama o agrieta, acude al médico, puede que necesites una crema antifúngica para el cuidado de los pies.
Para evitar el pie de atleta debes mantener los pies siempre secos y utilizar un producto desodorante para pies si te sudan.
Utiliza calzado abierto o fabricado con material transpirable, usa calcetines de algodón y si es necesario (porque sudas y los pies se humedecen) cámbialos con frecuencia. Y siempre utiliza chanclas cuando vayas a duchas y piscinas públicas.
6. Exfoliación de los pies
Te recomendamos realizar la exfoliación de pies una vez por semana. En verano puedes incluso aumentar su frecuencia, pues se engrosa más la piel.
Utiliza una crema exfoliante específica para pies. Tiene pequeños microgránulos que arrastran la piel muerta y las impurezas. Aplícala realizando un suave masaje e insiste en las zonas más rugosas, como en los talones.
También puedes probar las limas antidurezas, que dejan un acabado muy profesional, pies suaves y sin durezas.
7. Cremas hidratantes y regenerantes de pies
En verano es aún más importante hidratar a diario los pies para prevenir las durezas y los callos.
Existen cremas hidratantes específicas para los pies. Son en general mucho más untuosas que las cremas hidratantes de cuerpo ya que suelen contener vaselina para evitar las pérdidas de agua. También contienen activos que ayudan a que la piel se regenere más rápido. Te recomendamos aplicarla todos los días por la noche.
5 comentarios. Dejar nuevo
Me agrada la forma en la que escribes, muchas gracias, proseguiré leyendo tu blog.
Muchas gracias por seguirnos, ya sabes que si tienes cualquier duda nos puedes dejar un comentario y te asesoraremos.
Unas recomendaciones geniales. Las tendré muy en cuenta a la hora de cuidar mis pies. Gracias por el artículo.
[…] Qué te ha parecido este artículo sobre tratamiento hongos en los pies? Puedes ampliar la información sobre cuidado de los pies en este artículo. […]
La mejor opción es acudir a un podólogo para que te te realice un servicio podológico preventivo. Incluso una uña encarnada puede generarse por un mal corte de uña, zapato estrecho o incluso una mala postura del pie.