La fatiga por pandemia inquieta a los profesionales de la salud mental. El tema fue planteado por la OMS en octubre del pasado año, tras conocerse que expertos en salud pública de más de 30 países en todo el mundo comenzaron a notar un incremento en sus consultas de pacientes que presentaban desmotivación y cansancio con tendencia a cronificarse.
Cambios en la parte emocional
El bienestar mental de la población se alteró en la primavera de 2020 durante el inicio de la pandemia del coronavirus y el primer confinamiento. Para muchas personas supuso un golpe de estrés y nerviosismo, pero también desató un estallido de creatividad para recuperarse y reconstruirse.
A medida que pasaban los meses, la situación se vivió con más dificultad por un efecto de acumulación, la sensación de estar encerrado en casa, la limitación de los contactos sociales, la cultura entorpecida y la limitación de la actividad física. Muchos vieron limitadas sus necesidades básicas.
Síntomas de la fatiga por pandemia
«La crisis sanitaria y las excepcionales medidas adoptadas por el gobierno han aumentado el cansancio. Un cansancio visiblemente mayor al que solemos experimentar en esta época del año», explica Abdel Boudoukha , profesor de psicología clínica y psicopatología de la Universidad de Nantes.
Este cansancio se traduce en «ansiedad, agotamiento, problemas de memorización, atención. Se tiene la sensación de tener más dificultad para dedicar energías a la actividad diaria», prosigue este doctor en psicología.
Por qué aparece la fatiga por pandemia
Nos encontramos ante una crisis de salud que se prolonga en el tiempo sin una fecha concreta de finalización, lo que genera incertidumbre, preocupación y ansiedad. Todo ello unido a las medidas restrictivas cambiantes que tienen un impacto sin precedentes en la vida diaria de las personas pueden hacer que aparezca la fatiga por pandemia.
Además, el miedo a perder la vida o a un ser querido, la falta de vida social y la falta de perspectivas a corto y medio plazo pueden acentuar los síntomas mencionados.
Los jóvenes y los mayores los más vulnerables
Los jóvenes son los más afectados por este cansancio pandémico ya que la restricción de libertades impide la socialización, tan importante en esta edad y aumenta la frustración. Dentro de este grupo se incluyen a las personas que aún no han ingresado al mundo profesional.
Los más mayores también se ven considerablemente afectados al privarlos de sus familias y de cierto apoyo social. En este grupo predominan síntomas como ansiedad, fatiga, insomnio y dificultad para concentrarse.
Qué dice la OMS
Según la OMS, los estudios muestran que las personas a menudo no temen tanto los riesgos asociados con el virus en sí como los relacionados con las consecuencias de la crisis de salud, como la pérdida de sus trabajos o de sus ingresos.
Por tanto, el primer paso es admitir que existe esta fatiga difusa, para luego intentar reducirla y limitar sus consecuencias. Porque una de las primeras consecuencias es el rechazo a las medidas sanitarias.
Recomendaciones a los dirigentes políticos
La OMS también está instando a los líderes políticos de los diferentes países a hacer recomendaciones comprensibles y coordinadas. Recomienda mostrar claridad y transparencia en la toma de decisiones, por ejemplo, con conferencias periódicas en prensa.
Qué puedes hacer si sufres fatiga pandémica
Aunque la incertidumbre va a seguir presente en los próximos meses, puedes mejorar tu bienestar emocional con estos consejos:
- Toma conciencia de tus sentimientos. El hecho de conocer qué estás sintiendo te ayudará a saber qué es lo que necesitas y lo que quieres, será más sencillo tomar decisiones cuando sepas definir si sientes miedo, angustia o frustración, por ejemplo.
- Haz un seguimiento de esa emoción. Fíjate en los momentos que sientes esa emoción, la mayoría de las veces seguirá un patrón determinado y podrás actuar directamente sobre él e incluso anticiparte.
- Cuida tus emociones. Los pensamientos negativos pueden llevarte a experimentar emociones muy intensas, procura pensar siempre en positivo, busca el lado bueno de cada situación.
- Realiza actividades agradables. Leer un libro, llamar a alguien que hace tiempo que no ves,… Encuentra un momento cada día para realizar esas actividades que mejoran tu estado de ánimo.
- Limita la entrada de información. Prensa, radio, televisión, redes sociales,… El bombardeo de información, sobre todo cuando se trata de información alarmista o poco esperanzadora, no debe bloquearte, escoge un medio informativo y una hora concreta para recibir la información.
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