En este artículo repasamos los orígenes de nuestra profesión. La historia de la farmacia comienza con el primer brujo, chamán o curandero que intentaban resolver los problemas de salud de sus semejantes.
Origen del símbolo de la farmacia
Mitología griega
Asclepio, el Esculapio romano, dios griego de la medicina, hijo de Apolo y médico de los dioses se representaba apoyado sobre un grueso báculo en el que se enroscaba una serpiente. Este báculo deriva del caduceo de Mercurio, una vara delgada con dos serpientes enroscadas.
En la cultura griega la serpiente era un animal benéfico, protector de la familia; el carácter maligno se lo darían las culturas judía y cristiana, relacionando su veneno con la muerte física y espiritual, siendo la encarnación del demonio.
Asclepio tuvo dos hijas, Hygea (diosa de la salud y la higiene) y Panacea (diosa de la curación). A Hygea se la representaba como una mujer sosteniendo un cuenco en la mano dando de comer a una serpiente (que subía desde el suelo o salía de un vasija o la agarraba con una mano).
Edad Media
S.XVII-XIX
En el siglo XVII se representa la copa en manos de Hygea. Durante los siglos S.XVIII y XIX las representaciones de Hygea se localizan por toda Europa. Un ejemplo lo tenemos en el cuadro de Rubens .
Años 20-30
En Francia se registra la copa y la serpiente como emblema oficial de los farmacéuticos en 1942. En España, sin modelo oficial, hay múltiples interpretaciones.
Historia de la Farmacia
India y China
En la Edad Antigua, India desarrolló la medicina Ayurveda nueve siglos antes de nuestra era. Utilizaban medicamentos como la coloquíntida o el cannabis, elaborados y guardados por individuos de la casta de los brahmanes.
El libro Susruta samjitá del siglo VI aC, describe 700 remedios vegetales, animales y minerales para su uso medicinal. Mientras que la primera farmacopea occidental no aparece hasta el Renacimiento.
Egipto
Su dios-farmacéutico era Anubis. Según su mitología, la diosa Isis cultivaba plantas medicinales y transmitió a sus hijos (Horus y Anubis) sus conocimientos.
Su trabajo era supervisado por Thot (también llamado Pha-ar-maki), dios de la sabiduría, escritura, música… y creador de la medicina.
La medicina y la farmacia se enseñaban a los sacerdotes (urma) en las “casas de vida” (Asi-t) de los templos, donde preparaban y almacenaban los medicamentos.
Grecia en la historia de la farmacia
La ciencia griega deriva de la egipcia y la babilónica. Entre sus dioses encontramos a Hecate o Pharmakis, diosa de la magia y experta en plantas medicinales. Apolo y Artemis, con poderes curativos. Asclepios o Esculapio, hijo de Apolo y dios médico que transmitió sus conocimientos a sus hijas, Hygea (salud e higiene) y Panacea (asociada con los remedios infalibles).
Para Hipócrates, las enfermedades son causadas por un desequilibrio entre los cuatro humores del cuerpo (bilis, atrabilis o bilis negra, sangre y flema) y los medicamentos debían restablecer dicho equilibrio.
Aparece personal especializado en la preparación de medicamentos como los pharmacópolas, que comercializaban plantas medicinales, los rizótomos, que las recolectaban y asclépides, que suministraban remedios en los asclepiones de los templos a los médicos.
En los alipterion de los gimnasios los medicamentos eran preparados y dispensados por el gimnasiarca. Esta sería la primera farmacia occidental.
Roma
En Roma el médico y farmacéutico seguía siendo lo mismo. Dioscórides escribe la Materia Médica.
Andrómaco, médico de Nerón, lleva a la fama su Triaca Magna, antídoto de origen sirio (S. II aC), contenía más de 60 sustancias como coral, opio, tierra sellada y le añadió carne de víbora sustituyendo a la de lagarto.
Galeno creía que los medicamentos debían producir un efecto contrario al síntoma de la enfermedad.
Edad Media en la historia de la farmacia
En la Edad Media se mantuvo el culto a lo divino como herramienta de curación con el cristianismo. Encontramos santos como S. Cosme (cirujano) y S. Damián (médico-farmacéutico), habitualmente representados juntos.
Había casi tantos “santos-medicamento” a los que rezar como enfermedades.
Se siguieron utilizando las antiguas teorías médicas de griegos y romanos, alcanzando el máximo esplendor en Bizancio.
La cultura y la medicina se conservaba en los monasterios y conventos.
Algunos tenían en sus recintos boticas, normalmente asociadas a hospitales, en las que los monjes boticarios preparaban medicamentos y cultivaban plantas medicinales en su huerto anexo.
Con la caída del Imperio Romano, los únicos que siguieron cultivando las ciencias y las artes fueron los musulmanes. Avicena fue uno de sus médicos más famosos.
Los árabes introdujeron en España, los albarelos y la destilación. Los grabadines eran sus códigos sobre la elaboración de medicinas, materias primas y las tarifas.
En 1240 se separó la profesión médica y la farmacéutica en la Carta Magna de Federico II de Alemania.
El Renacimiento
En el Renacimientose empiezan a cuestionar las teorías científicas antiguas. Paracelso, implanta la yatroquimia, que defiende los remedios químicos como terapia.
Aparece la primera farmacopea en 1498, el Recetario Florentino. Las farmacias se enriquecen con las nuevas materias primas químicas y las traídas de América.
Aparecen eminentes boticarios como los alemanes Ralla, Besler y Tabernaemontanus y el belga Coudenberg.
El Barroco
En el S. XVII abundan las publicaciones científicas escritas por farmacéuticos, comienzan a introducirse en las academias y asociaciones científicas, adquieren nuevos roles investigadores, Boticario Mayor del Rey o Boticario Mayor del Ejército.
Los boticarios eran hombres de ciencia, introdujeron la quina, la ipecacuana, el bálsamo del Perú, etc. aunque se mantenía la triaca, la carne de momia…
Como novedad terapéutica aparecen los enemas, muy populares en las clases altas. Los boticarios franceses destacaron: Beguin descubre la acetona, Seignette el tartrato sódico potásico, Glaser el nitrato y sulfato potásicos, Le Fevre el acetato mercúrico e inventa el oleómetro.
En Alemania Glaubero descubre el acetato potásico y el cloruro de etilo. El español Juan Salvador y Bosca crea el primer herbario de la flora nacional.
La Ilustración
La yatroquímica (ácido bórico, mentol, etc.) y los albarelos aumentan su popularidad. Surgen más academias científicas, como la Nacional de Medicina o la de Ciencias de Barcelona.
Nace el Colegio de Farmacéuticos de Madrid que publica farmacopeas, imparte formación y crea un laboratorio de química.
Aparecen nuevos fármacos como el aceite de hígado de bacalao, o traídos de América como la causia y se vuelven a utilizar otros antiguos como el aceite de ricino. Se seguían utilizando panaceas, como el elixir de larga vida, patentado en Inglaterra.
En España, Carlos III divide el Protomedicato en tres Audiencias, correspondientes a la medicina, la cirugía y farmacia. Jaime Salvador y Pedrol y Casimiro Gómez Ortega fueron botánicos famosos, Gil-Francisco Boulduc descubre el sulfato sódico.
Proust enuncia su “Ley de las Proporciones Definidas”, Scheele descubre, entre otros, el oxígeno, el nitrógeno y la glicerina, Vauquelin el cromo, Hoeffer el ácido bórico, Böttger el caolín, Newmann aisla el timol, Rouelle definió las sales, los Rose descubren el bicarbonato sódico y el niobio, etc.
Wenzel publica su ley cuantitativa de la acción de las masas y Jeoffroy la ley fundamental sobre la afinidad.
S.XIX en la historia de la farmacia
Se fabrican nuevos equipos de laboratorio (pipetas automáticas, centrifugadoras, molinos, etc.) y se preparan nuevas formas farmacéuticas, como comprimidos, cápsulas, inyectables y supositorios.
Aparecen los primeros medicamentos industriales y surgen las facultades de farmacia independientes.
Las farmacias se modernizan y los albarelos se sustituyen por tarros de porcelana.
Siguen apareciendo nuevos fármacos como la morfina, aislada por Serturner o la cafeína, por Pelletir y Caventou (también aislaron la quinina y la estricnina).
Parmentier introduce la patata en Francia para combatir la hambruna, Buchner descubre la parafina, Courtois el yodo, Soubeiran el cloroformo, Serullas el yodoformo, Balard el bromo, Stromeyer el cadmio, Oersted el aluminio, Döbereiner el acetaldeído, Walker las cerillas de fricción, Guibourt la cumarina, Ambrosioni el azúcar en la sangre de los diabéticos, Bussy el magnesio y el berilio, Klaus el rutenio etc.
S.XX
En este siglo se desarrollan los medicamentos industriales y aparecen nuevos conceptos en el ejercicio de la profesión, como la distribución, la sanidad ambiental, etc.
Aparecen los sistemas sanitarios como la Seguridad Social, y se establece el sistema de cobertura de oficinas de farmacia en todo el territorio nacional.
REFERENCIAS:
El arte de curar (Texto de Pedro Malo aparecido en “Las Farmacias”. Cofares. 2008. ISBN9788475068480).
Lo que la ciencia debe a los farmacéuticos (Roldán Guerrero. Imprenta del P. de H. de Oficiales del Ejército.1952).
Páginas de historia de la Farmacia (José Luis Gómez Caamaño. Sociedad Nestlé. 1982. D.L B-29.143-81).
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