Champús sólidos, cremas corporales sin parabenos, cero residuos, envases reciclables,… La industria cosmética busca acercarse cada vez más al cuidado del medio ambiente con el uso de ingredientes naturales, provenientes de sectores sostenibles. Descubre la cosmética sostenible.
El 5% de las partículas contaminantes que se encuentran en nuestros océanos provienen de los cosméticos. Bajo la presión de la opinión pública, componentes como las microperlas utilizadas en exfoliantes ya han sido prohibidos en varios productos de belleza en países como el Reino Unido o el estado de California.
Este movimiento fue iniciado hace décadas por pequeñas empresas independientes como Weleda, Dr Hauschka y Melvita. Las grandes empresas han seguido su ejemplo durante la última década.
El gigante francés L’Oréal, cuyas ventas rondan los 28.000 millones de euros anuales, estableció un objetivo del 95% de ingredientes de origen biológico para 2030. La conocida marca estadounidense Coty también incorpora criterios ambientales y sociales en el desarrollo de sus nuevos productos, y la suiza Givaudan, número uno mundial en perfumes y aromas, lanzó una herramienta para que los perfumistas evalúen ingredientes y fórmulas desde el punto de vista de la biodegradabilidad o la naturaleza renovable.
Tipos de cosmética natural
Se entiende como cosmética natural, aquella formulada con ingredientes naturales, sobre todo vegetales o provenientes de la fauna.
La cosmética vegana, incluye activos vegetales y prohibe aquellos de origen animal o que puedan suponer un daño al animal.
La cosmética orgánica, ecológica o bio no utiliza abonos químicos ni pesticidas sintéticos. Suelen incorporar envases reciclados y reciclables.
La cosmética sostenible, tiene en cuenta criterios planetarios. Utiliza materias primas cultivadas con fitoquímicos permitidos, con la menor huella de carbono e hídrica y envases reciclables y reciclados. Existe una tendencia de evitar las siliconas porque son microplásticos.
Factor clave para muchos consumidores
Los productos orgánicos y naturales certificados todavía representan una pequeña parte de las ventas de cosméticos. Sin embargo, los consumidores, en particular la Generación Z y los millennials, ya consideran la sostenibilidad como un factor clave en sus decisiones de compra, según explica Thierry Molière, jefe de investigación de Coty.
Compromisos de la cosmética sostenible
Ante esta nueva tendencia y expectativas de los consumidores, la industria se ve obligada a adaptarse. Las marcas deben responder con cosméticos eco-responsables, promoviendo el uso sostenible de los recursos y ayudando a las poblaciones locales a evitar la desertificación o la desaparición de sus culturas.
Los recursos naturales disponibles son limitados y la preservación de la biodiversidad debe ser un ítem indispensable en el desarrollo de un nuevo producto.
Qué se está haciendo ya
L’Occitane fue la primera marca en desarrollar un programa de plantación sostenible a gran escala para preservar la vida salvaje. Ha desarrollado un sector de comercio justo para comprar varias decenas de toneladas de karité a cooperativas de mujeres en Burkina Faso.
El Grupo L’Oréal compra en Bolivia el salvado de quinua que contiene saponinas y polifenoles muy codiciados en el mundo de la cosmética. Apoyando esta producción sostenible, el grupo promueve la formación de los agricultores locales en buenas prácticas agrícolas y la lucha contra la erosión del suelo mediante la siembra de leguminosas, arbustos y hierbas.
En cuanto a la casa Chanel, acaba de abrir un laboratorio al aire libre de 40 hectáreas en las Landas. Allí se cultivan miles de camelias Alba Plena y Oleifera sin ningún tipo de aditivo químico y en agrosilvicultura para abastecer sus cosméticos con aceite de camelia, hasta entonces importado de China.
Embalajes sostenibles
Las empresas están haciendo esfuerzos, a veces costosos, para minimizar su impacto en el planeta. Es el embalaje el que constituye el mayor desafío.
Por regla general, las materias primas representan el 25% de la huella de carbono de un producto cosmético, el envasado el 35% y el transporte el 10%. Desafortunadamente, todavía no hemos inventado una alternativa sostenible al plástico pero se van dando pequeños pasos hacia ese objetivo final.
Algunas empresas ya están innovando: Procter & Gamble fabrica botellas de champú híbridas, reutilizables y rellenables, Pierre Fabre ha estado involucrado durante los últimos años en el desarrollo de plástico reciclado.
Lush, una de las marcas más comprometidas en la industria, lanzó la iniciativa Go Naked en 2007 y vende alrededor del 35% de sus productos, como barras de champú sólido y bombas de baño, sin envase. Algunos pueden devolverse a la tienda obteniendo así un pequeño reembolso de su precio.
Lush no es el único minorista que ofrece este sistema de devolución, Sephora y L’Occitane también lo hacen, pero la era del «sin embalaje» aún está por llegar.
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