Decálogo para la rinoconjuntivitis alérgica

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En este artículo te proponemos un Decálogo para la rinoconjuntivitis alérgica, para ayudarte a reducir la incidencia de crisis alérgicas en función de su desencadenante.

Qué es la Rinoconjuntivitis

La rinoconjuntivitis es una inflamación de la mucosa nasal y de la conjuntiva ocular, que puede ser causada por alergias o por irritantes ambientales.

Es una afección común que suele estar asociada con la fiebre del heno (rinitis alérgica estacional) u otras alergias respiratorias.

Los síntomas de la rinoconjuntivitis incluyen:

Congestión nasal: sensación de nariz tapada o congestión nasal, a menudo acompañada de estornudos y picazón nasal.
Secreción nasal: rinorrea, que puede ser acuosa o espesa, y que a veces puede causar goteo nasal posterior o tos.
Picazón y ardor ocular: sensación de picazón, ardor o irritación en los ojos, acompañada a menudo de enrojecimiento y lagrimeo.
Estornudos: los estornudos frecuentes pueden ser un síntoma común de rinoconjuntivitis, especialmente cuando está relacionada con alergias.
Congestión conjuntival: inflamación de la conjuntiva ocular, que puede hacer que los ojos se vean hinchados y rojos.
Fatiga y malestar general: algunas personas pueden experimentar fatiga, irritabilidad o problemas para concentrarse debido a los síntomas de la rinoconjuntivitis.

Desencadenantes y tratamiento

La rinoconjuntivitis puede ser desencadenada por una variedad de alérgenos, como polen de plantas, ácaros del polvo, pelo de animales o esporas de hongos.

También puede ser causada por irritantes ambientales como humo, contaminación del aire, perfumes o productos químicos.

El tratamiento de la rinoconjuntivitis generalmente implica el uso de antihistamínicos, descongestivos nasales, corticosteroides nasales y lágrimas artificiales para aliviar los síntomas. Recuerda utilizar toallitas palpebrales previamente para retirar restos de suciedad, pestañas y células epiteliales.

Además, es necesario evitar los desencadenantes conocidos y mantener un ambiente interior limpio y libre de alérgenos puede ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de los episodios de rinoconjuntivitis.

Decálogo Rinoconjuntivitis alérgica

1.-Evita dentro de lo posible la exposición al humo del tabaco y a otros contaminantes ambientales (humo, gases aerosoles, ambientes polvorientos, perfumes, etc.) y la sobreexposición a pantallas pues ejercen un efecto irritativo sobre las mucosas e intensifican los síntomas de la rinoconjuntivitis alérgica.

2.-Si tienes alergia al polen, evita realizar actividades al aire libre durante mucho tiempo. Recuerda llevar siempre mascarilla y gafas para reducir al máximo el contacto. Los días soleados y con viento son los de mayores índices de polinización.

Revisa los niveles ambientales de polen en www.polenes.com/home de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Selecciona el tipo de polen para comprobar su nivel de alerta en el mapa, por localización geográfica y época del año.

3.-Si eres alérgico a los ácaros, mantén la vivienda bien limpia y retira los objetos que pueden acumular más polvo como alfombras, cortinas, peluches.

4.-Existe controversia sobre la utilización de humidificadores, aunque están recomendados para reducir la sequedad de mucosas, aumentan la supervivencia y reproducción de los ácaros y hongos y por tanto favorecen las crisis alérgicas.

5.-Si tu alergia es a los hongos ambientales, es mejor que evites los ambientes húmedos como trasteros, bodegas o locales de ocio. Es conveniente no pasear al aire libre por zonas sombrías con materia orgánica en descomposición (no te conviene ir a recolectar setas por ejemplo) o los días tormentosos, porque aumenta el riesgo de alergia.

6.-Si eres alérgico al epitelio de animales, intenta no permanecer en ambientes cerrados dónde vivan animales y evita el contacto con ropa de personas que convivan con animales para reducir el riesgo de alergia.