La disfunción sexual femenina (DSF) se define como la alteración del deseo sexual y de la psicofisiología del ciclo de respuesta sexual femenina que, ocurre de forma persistente y recurrente en el tiempo causando malestar y dificultades interpersonales.
Tipos de disfunción sexual femenina
Su etiología es multifactorial, desde causas psicológicas a las orgánicas. La disfunción sexual femenina se puede clasificar en varios subtipos:
- Trastorno de interés/excitación sexual femenino.
- El Trastorno del orgasmo.
- Trastorno por dolor genito-pélvico de la penetración.
- Disfunción sexual inducida por sustancias/medicamentos.
Prevalencia y etiología
La prevalencia de las DSF es del 40% a lo largo de la vida de la mujer. En un 12 % de las mujeres, aparecen malestar y dificultades para tener relaciones sexuales satisfactorias que impiden una correcta salud sexual.
Diagnóstico
Un correcto diagnóstico de la disfunción sexual femenina, es el primer paso para encontrar una posible solución. Su diagnóstico está basado en una historia detallada donde se identifiquen todos los factores etiológicos y una evaluación de los posibles problemas psicosexuales.
En algunos casos se necesita una analítica o una exploració que descarte patologías asociadas. Se considera una disfunción sexual femenina si el malestar está presente en el 75% de las veces y durante un mínimo de 6 meses.
Tratamiento de la DSF
El tratamiento de las disfunciones sexuales femeninas debe ser individualizado y necesita un abordaje 360º, biopsicosocial y multidisciplinar, con asesoramiento, consejo y terapia sexual, además de los posibles tratamientos farmacológicos o fitoterapéuticos.
Es muy importante hacer una correcta historia clínica y revisar la medicación que está tomando la mujer, pues se han de evaluar y tratar todas las afecciones médicas o yatrogénicas asociadas a la DSF.
Trastorno del interés/excitación sexual femenino
Se define como deficiencia recurrente y persistente del interés y/o excitación sexual más frecuente.
A menudo se acompaña de angustia y de respuesta adversa al contacto. Se asocia a poca lubricación y a disminución de la sensación genital.
Entre sus causas médicas están el descenso de los estrógenos en la menopausia, la depresión y las patologías endocrinas, vasculares y neurológicas esenciales en la respuesta sexual.
Se da también con frecuencia en mujeres que han pasado por un proceso tumoral, pues tanto el cáncer como sus tratamientos afectan a este nivel.
Además, fármacos muy utilizados como los anticonceptivos hormonales, los antidepresivos o los antihipertensivos, también favorecen la disminución del interés y la excitación femenina.
Si no se trata adecuadamente, puede desencadenar problemas psicológicos como la baja autoestima, el estrés y también perjudicar la calidad emocional y erótica en la relación de pareja.
La primera opción de tratamiento es la terapia sexual aunque cada vez existen más tratamientos como la gama Libicare o Proenos Ginex
Trastorno del orgasmo
Es la falta o disminución recurrente de sensaciones orgásmicas femeninas después de la etapa de excitación normal.
Lo más frecuente es por una causa psicólógica o socio-relacional como una pobre educación sexual, la falta de comunicación con la pareja o una historia de trauma o de abusos.
El mejor abordaje es la terapia psicológica asociada a la terapia sexual, preferiblemente realizada por profesionales con experiencia.
Trastorno por dolor genito-pélvico de la penetración
Podemos distinguir dos tipos:
-La dispareunia es el dolor continuo o frecuente en las relaciones sexuales.
-El vaginismo consiste en la contracción involuntaria del músculo perineal lo que impide la penetración vaginal incluso con deseo. Está relacionado con una fobia o por miedo a dolor sexual. Se da con frecuencia en la menopausia, al reducirse la lubrificación de las mucosas, por la falta de estrógenos.
Ambos problemas pueden ser causados por todo aquello que cause dolor pélvico y genital, como fibromas, endometriosis, cirugía pélvica, infecciones genitales o disfunción del suelo pélvico.
La causa más frecuente del dolor genito-pélvico en la mujer madura es el síndrome genitourinario de la menopausia (SGM).
Los tratamiento más utilizados tanto para el SGM como para la sequedad vaginal pueden ser a nivel sistémico: estrógenos, tibolona, ospemifeno; a nivel local estrógenos, isoflavonas y preparados hidratantes, lubricantes y emolientes vulvovaginales.
Su terapia se puede reforzar a nivel psicológico, si se relaciona con historial de abusos, algún trauma, educación restrictiva o con conflictos de pareja.
Disfunción sexual inducida por sustancias o medicamentos
Se diagnostica este trastorno de disfunción sexual con pruebas clínicas que demuestra que a partir de la exposición, intoxicación o abstinencia de una sustancia o un medicamento se agravan los síntomas.
La afectación de la función sexual es una reacción adversa común a distintos fármacos y un motivo habitual para incumplimiento terapéutico.
La respuesta sexual se puede ver afectada por distintas vías: a nivel central y hormonal, que afecta al deseo y al trofismo vaginal; y a través del sistema autónomo y vascular, que afecta a la excitación y al orgasmo.
El principal tratamiento es retirar el medicamento o sustancia que está complicando el cuadro y realizar una terapia sexual y psicológica para recuperar la confianza y la capacidad de sentir placer.
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